El Guadalquivir es un caudal de memoria, referido, evocado, cantado, pintado, fotografiado, conquistado, defendido, navegado, soñado… pero mi Guadalquivir, es un río de versos.
Antonio Machado solo precisó de una soleá para describirlo:
¡Oh Guadalquivir!
Te vi en Cazorla nacer;
hoy, en Sanlúcar morir.
Un borbollón de agua clara,
debajo de un pino verde,
eras tú, ¡qué bien sonabas!
Como yo, cerca del mar,
río de barro salobre,
¿sueñas con tu manantial?
Gerardo Diego escuchó en el Guadalquivir la canción políglota del agua a su paso por Córdoba:
"Canta que canta el Betis su sempiterna copla
en latín y ladino y rabino y arábigo"
Imposible no evocar la Baladilla de los tres ríos de Federico García Lorca:
El río Guadalquivir
va entre naranjos y olivos…
Para los barcos de vela,
Sevilla tiene un camino;
por el agua de Granada
sólo reman los suspiros.
Rafael Alberti, le canta por bulerías en estos versos
«El río Guadalquivir
se quejaba una mañana:
me tengo que decidir
entre Cazorla y Doñana
y no sé cómo elegir»